Esta intervención puede curar la diabetes pero, como ocurre en todos los transplantes, el cuerpo rechazará el órgano nuevo. Por ello las personas que hayan sido sometidas a un trasplante de páncreas necesitarán tomar medicamentos inmuno depresores por el resto de sus vidas. Estos tienen como efectos secundarios una gran predisposición a contraer enfermedades infecciosas.

La cirugía para un trasplante de páncreas solo tarda aproximadamente tres horas. Sin embargo, la operación generalmente se realiza al mismo tiempo con un transplante de riñón en pacientes diabéticos con enfermedad renal, entonces la operación combinada demora alrededor de 6 horas. El transplante de páncreas también incluye el injerto de una porción de duodeno, que es  la primera parte del intestino delgado.

El páncreas sano se obtiene de un donante que haya sido declarado con muerte cerebral, menos de 20 horas antes del transplante.

El páncreas enfermo del paciente no se extirpa durante la operación. El páncreas donado generalmente se coloca en la porción inferior derecha del abdomen del paciente. Los vasos sanguíneos del nuevo páncreas se conectan a los vasos sanguíneos del paciente. El duodeno donado se pega al intestino o vejiga del paciente para drenar las secreciones pancreáticas