Diversos estudios confirman que el consumo constante de avena reduce la incidencia en enfermedades como la diabetes, obesidad e hipertensión.

En efecto, incluir avena en la dieta de un diabético puede ser beneficioso, porque la absorción lenta de este alimento permite un mayor control en los niveles de azúcar.

Asimismo, algunas investigaciones han demostrado que el uso habitual de harina de avena puede llevar a un paciente a prescindir de una parte de la dosis de insulina que consume normalmente.

Además, las vitaminas y nutrientes que contiene la avena son: vitamina B1, proteína, calcio, hierro, magnesio, zinc, cobre, manganeso, tiamina y vitamina E.

De otro lado, cuando una persona está a dieta, es muy recomendable comer avena sobre todo en el desayuno, porque además de otorgarle nutrientes, le provoca por horas una sensación de saciedad y estabiliza los niveles de azúcar en la sangre, lo que controla los famosos ataques de hambre.

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