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Hidratos de carbono aptos para diabéticos

La diabetes es uno de esos problemas de salud que nos acompañarán durante toda la vida, y que suponen un antes y un después para quienes lo padecen. Dicho así puede sonar algo dramático, pero el cambio principal lo experimentaremos en nuestra alimentación, imprescindible para mantener los niveles de glucosa a raya, aunque no podemos despistarnos en cuestiones como la insulina. Uno de los cambios más importantes en la alimentación lo protagonizan los hidratos de carbono, pero eso no quiere decir que nos despidamos de ellos.

La avena, el mejor cereal para diabéticos

Tiene un índice glucémico (IG) medio, pero aun así la avena es un gran alimento para diabéticos… siempre que se trate de avena natural, sin endulzantes o azúcares añadidos como la que encontramos en algunos supermercados. La avena nos aporta nutrientes en calidad y en cantidad, es una buena fuente de energía y contiene carbohidratos complejos, que nuestro cuerpo absorbe mucho más lento que los hidratos de carbono como el azúcar. De esta forma evitamos que se produzcan las temidas subidas sin control del azúcar en sangre.

Esto nos permite regular los niveles de glucosa en la sangre, un control al que también ayuda el elevado contenido en fibra de la avena, que llega al 10%, lo que también nos permite hacer frente a otros problemas como el colesterol o el estreñimiento. Aporta más proteínas que el trigo o el arroz, además de vitamina B, ácido fólico o hierro; y la avena se consume hervida, como el arroz. Los copos de avena o el salvado de avena son otras formas de ingerir esos hidratos de carbono de absorción lenta que nuestro cuerpo tanto necesita.

 

Hidratos de carbono aptos para diabéticos

 La inulina para equilibrar la insulina

La inulina es un hidrato de carbono de reserva energética con unas características estructurales y funcionales de fibra soluble. Precisamente este es el gran aspecto diferenciador de la inulina con otros nutrientes similares como el almidón, dándole a la inulina una gran importancia en nuestro organismo. La relación entre inulina y diabetes es muy estrecha, ya que la inulina regula el nivel de insulina en sangre, de forma que controla la diabetes, además de luchar contra el colesterol o potencial la salud intestinal y la absorción de nutrientes como el fósforo o el calcio.

Podemos encontrar la inulina de forma natural en alimentos como la alcachofa, el puerro, la cebolla, el ajo, la achicoria, los plátanos, los espárragos, el centeno o la cebada. También en el extracto de diente de león y en el jugo o la miel de agave encontramos la inulina, que industrialmente se utiliza en salchichas de Frankfurt o de hígado y patés, así como en el salami. Siguiendo una dieta equilibrada podrás disfrutar de ella, pero también podemos tomar inulina en forma de suplementos.

Las legumbres

De media, las legumbres contienen un 60% de hidratos de carbono, aunque en casos como el de la soja no llega al 7%. Las judías secas o las alubias nos aportan 35 gramos de hidratos cada 100 gramos, una cantidad que en el caso de las lentejas, los garbanzos o los guisantes está por encima de los 40 gramos. En cualquier caso, estamos en el mismo escenario que con la avena: son hidratos de carbono de absorción lenta, que no provocan picos de azúcar, y muy beneficiosos.

Todos sabemos que las lentejas son una gran fuente de hierro, un mineral que junto a la vitamina B encontramos en prácticamente todas las legumbres; pero no podemos pasar por alto su elevado contenido en fibra dietética, que puede alcanzar el 25% y que más allá de la diabetes contribuye a la prevención de la obesidad, el estreñimiento, el cáncer de colón, etc., o a reducir el colesterol, y siempre sin elevar los niveles de glucosa en sangre.

 

 

 

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