La dieta tipo mediterránea es una dieta rica en  frutas, frutos secos, legumbres, cereales,  pescado y que tiene en el aceite de oliva (la fuente principal de grasa monoinsaturada),a uno de sus componentes principales. También se caracteriza por una ingesta moderada de vino, y poco consumo de carnes rojas y aves.

Hace mucho que se conoce la eficiencia de esta dieta como un plan de alimentación saludable para prevenir males cardiovasculares pero hoy se sabe con evidencia científica que tanbién podría ayudar a los pacientes de diabetes tipo 2 a evitar los medicamentos para reducir la glucemia, y a perder peso  porque, además de ser más baja en carbohidratos, también parece tener un efecto sobre la sensibilidad a la insulina.

En un reciente estudio llevado a cabo en Italia ( que aparecen en la edición de septiembre  de 2009 de la revista Annals of Internal Medicine) uno de los principales hallazgos de investigadores  fue que mientras el 70%de las personas que sufrían diabetes tipo 2 y seguían una dieta baja en grasa eventualmente necesitaron medicamentos para la diabetes, apenas el 44%de los que seguían la dieta mediterránea necesitaron de esos fármacos.

Los resultados de otro reciente estudio realizado por  la Universidad de Navarra apoyan estos hechos y demuestran que esta estrategia alimenticia también ayuda a prevenir la efermedad ya que comprobaron que aquellos que más fielmente seguían la dieta mediterránea presentaban un riesgo mucho menor (hasta un 83% más bajo) de desarrollar diabetes.

Mas allá de su capacidad para ayudar a controlar la glucemia y la aterosclertosis, la dieta mediterránea se ha asociado con una variedad de resultados sanos, entre ellos un menor riesgo de cáncer y mortalidad, dado que los pacientes diabéticos tipo 2 tienen el doble de riesgo de muerte que la población no diabética.