Aunque la ciencia médica aún no confirme unánimemente el hecho, estudios desarrollados en los últimos años en Estados Unidos y Europa han concluido  que el consumo de cafeína reduce el riesgo de padecer diabetes.

Por ejemplo, según Astrid Nehlig, neuróloga del Instituto Nacional de Salud de Francia, tomar de una a tres tazas de café diarias disminuye entre dos y cinco veces el riesgo de sufrir mal de Parkinson así como la posibilidad de sufrir diabetes baja entre 15 y 60 %,

Asimismo, como otro ejemplo, se puede citar el trabajo de Van Dam y Feskensun basado en un estudio prospectivo de  con más de 17.000 sujetos holandeses, para concluir que  el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 fue 50% menor en aquellos que consumían al menos 7 tazas diarias de café, comparados con aquellos que consumían 2 tazas o menos.

Por su parte, otros autores norteamericanos basados en la revisión sistemática de las publicaciones médicas  mediante el método estadístico apoyan la hipótesis de la asociación entre el habitual consumo de café y un riesgo sustancialmente menor de desarrollar una diabetes tipo 2.

No estría claro aún el mecanismo por que el pueda producirse este efecto debido a que la bebida contiene cafeína, minerales y ácido cloro génico, que imposibilita la producción masiva de glucosa.

No obstante, en la actualidad aún es prematuro recomendar un incremento en el consumo de café como una estrategia para prevenir la diabetes tipo 2, ya que deben ser también tomados  en cuenta otros efectos del café sobre la salud.